Más allá de nuestras fronteras

UMA: MÁS ALLÁ DEL AMOR


Uma: Más allá del amor es un drama romántico que cuenta la historia de Uma, una joven venezolana que se muda a Italia, donde se enamora de un romántico escritor, también venezolano, pero la relación se ve afectada por un trágico accidente. A partir de ahí, la vida de ambos personajes y la de los que los rodean cambiará drásticamente.

Segundo largometraje del director Alain Maiki, quien nos plantea la típica historia de dos jóvenes enamorados cuya relación se ve afectada por un suceso ajeno a su voluntad, sin embargo, inyectándole elementos a la trama que la vuelven una historia particular.



El argumento temático central del film es el amor, del cual surgen algunos subtemas  desarrollados dentro de la película como el apoyo familiar, el dilema del matrimonio y también se aprovecharon de la trama para enviar un mensaje sobre seguridad vial y las consecuencias y conflictos que puede generar la droga en las personas y en quienes los rodean.

Particularmente, esta es una de las pocas producciones venezolanas sin escenarios criollos, por lo que da la sensación de ser una producción extranjera; aún así el acento de sus protagonistas nos recuerdan del talento nacional. Florencia, La Toscana, Gaeta, Amalfi, Sermoneta y Roma fueron las locaciones italianas en donde el director Alain logró juntar a un grupo selecto de actores de distinas nacionalidades para rodar una historia de otra cultura con sello venezolano.

Uma es una película que demuestra claramente las capacidades que tenemos para hacer  hermosas y diferentes producciones, trascendiendo barreras temáticas que nos impiden ver más allá de lo que dicta nuestra cultura. Este film rompe con los paradigmas del cine venezolano apreciado en los últimos tiempos; en donde los argumentos se centran en mostrar las problemáticas sociales y políticas de Venezuela, su mitología, el cine queer, los desnudos, la violencia o sencillamente los conflictos negativos de una sociedad marginada para mostrar lo peor de la clase; dando paso a una historia diferente, elegante y original que se presenta a través del genéro romántico.

El guion está bien elaborado, combinando imágenes y diálogos (algunos más dramáticos que otros) que logran que la historia avance. Los puntos de giro y cada una de las tramas y subtramas de los personajes, mantienen la expectativa, generando la tensión necesaria para enganchar y no aburrir al espectador... Los puntos de giro ¡Atentos a los puntos de giro! Porque la película tiene una vuelta de tuerca impresionante.


De lo más destacable de esta obra de arte es la éstetica visual; bella, colorida y muy alegre; la cual se apoya en una fotografía bien planificada sobre unos escenarios que colaboran bastante con la propuesta del director. Verdaderamente, las hermosas locaciones italianas influyeron en este film. Así pues, los colores y el contraste existente entre el frío hospital y los cálidos paisajes donde pasean Uma y Leo se complementan con la historia.

No obstante, el trabajo de maquillaje fue sencillo, aún cuando el tipo de historia lo ameritaba, quizás hubiese aportado más peso dramático a la trama si se enfocaran en ciertos detalles. Pero como dije en el comentario anterior, la estética y la fotográfia reivindican cualquier tipo de detalle visual que se pueda criticar. Además, es muy interesante apreciar otra faceta de la protagonista, Alexandra Braun, libre del maquillaje y los peinados.

De igual forma, la banda sonora es sensacional, agradable y muy importante para esta película, ambientando cada escena, alegre o triste, divertida o dramática, mientras aporta un toque de fantasía a los momentos más románticos. La música de Uma está a la altura de las grandes producciones cinematográficas del mundo.

Por otro lado es necesario tocar otro punto que poco he mencionado en anteriores reseñas, el montaje, elemento que más resalto de este largometraje. Cada transición, salto de escenario o incluso las secuencias las hicieron de forma maravillosa. Fueron impresionantes y hermosas las transiciones a los flashbacks de la historia y la vuelta a la conciencia, así como también las disolvencias cuando finalizaba una escena o incluso los cortes de los planos en las conversaciones, aportando dinamismo y tensión al guion.

Las actuaciones están a la altura y se nota el compromiso de cada uno de los actores con el guion y la historia que se quería contar, sobretodo, en un relato tan dramático el cual requiere mucho profesionalismo ya que cada expresión, por muy mínima que sea, influye en la percepción de los expectadores. 


La gran protagonista, Alexandra Braun, derrochó una vez más su hermosura, ternura y aptitud para actuar en un rol exigente, a través de un personaje que tuvo un desarrollo mental y psicológico complejo, llevando la mayor carga actoral de la película. Por su parte, Orlando Delgado, quien interpreta al gran amor de Uma, Leo, encajó en un personaje que se adapta muy bien a su porte elegante, romántico y todo un galán de cine (o telenovela), apoyando su actuación junto al sobresaliente talento de Braun. También, Pedro Medina, quien interpreta a Richie, amigo de Uma y "pana" de Leo, fue toda una sensación jocosa, mediante una brillante actuación secundaria y desde ya podríamos decir que es la nueva revelación del cine venezolano.

Lo que podría señalarse en relación a la puesta en escena y dirección actoral es que en ciertos momentos, las dramatizaciones se sintieron muy estructuradas y apegadas al guion, causando la sensación de presenciar una actuación teatral o novelera. Entiendo perfectamente que las complejidades y sorpresas que nos presenta la historia pueden justificar algunas escenas, pero a primera vista, aparentan poca fluidez.

Hermosa, triste y conmovedora es esta película que sin duda alguna removerá sentimientos en más de uno que asista a la sala cinematográfica. No en vano ha sido reconocida en distintos festivales internacionales y hoy por hoy, puedo decir que ha sido la película venezolana del año que más me ha gustado.

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