"Roma": belleza en los pequeños detalles

"Intimismo, infancia y verdad"

Tras arrasar entre la crítica y en la temporada de premios (como muestra de ello, sus 4 premios Bafta y su Premio Goya a Película Iberoamericana), Roma, del director mexicano Alfonso Cuarón (Children of men, Gravity), se alza como una de las favoritas de cara a los Oscars, con 10 nominaciones.

No obstante, pese a la aclamación que la cinta ha recibido de parte de la crítica (muchos hablan ya de "obra maestra del cine contemporáneo"), son muchos los espectadores que manifiestan no haber disfrutado de la película o, en su defecto, no haberla entendido. Esto se debe a que Roma se basa en los detalles, en el simbolismo, en lo metafórico, para construir un relato realista e intimista, el cual consigue retratar de forma sublime el México de 1970-1971, en todos los aspectos. Asimismo, se trata de una cinta lenta, que se toma su tiempo. Para disfrutar de Roma hay que estar bien atento, bien despierto y dispuesto a disfrutarla sin prisas y sin prejuicios.

Roma nos cuenta la historia de Cleo (Yalitza Aparicio), una empleada de hogar de origen mixteco que sirve a una familia de clase media-alta residente en la Colonia Roma, en Ciudad de México. La película sirve como retrato de la sociedad del México de los años 70, en el que son protagonistas el racismo, la división de clases y la agitación política del momento.

En mi opinión, sí nos encontramos ante una auténtica obra maestra de Cuarón, que no para de sorprendernos con cada nueva película que nos regala. Roma habla de la propia infancia del cineasta, de su familia, de su barrio (el cual da nombre a la película), de la convulsa época en la que desarrolló esta etapa de su vida y de las mujeres que lo criaron y educaron.

Hablar de la genialidad de este film es hablar, además de su profundo simbolismo e innegable belleza, de su perfecta cinematografía, que aparece casi como una pintura en movimiento, con la utilización de un blanco y negro que funciona a la perfección, y que ayuda a construir un retrato prácticamente hiperrealista de las situaciones que representa. Es como una fotografía encontrada en un mueble viejo, que nos hace evocar épocas pasadas.

Roma se presenta con planos generales, en planos secuencia, como si el espectador realmente estuviera dentro de la escena, observando las acciones de los personajes como si fuéramos uno más. Cuarón nos abre una ventana a su infancia y nos permite vivirla en primera persona.

Las recurrencias y los simbolismos de cada detalle dotan de sentido a la película. No podríamos entenderla sin estas metáforas. Si no las entendemos, no habremos disfrutuado del film y nos quedaremos con una sensación de vacío al salir de la sala de cine. Es por ello que necesitamos tener los cinco sentidos alerta, evitar cualquier distracción y prestar atención a los detalles. Por ejemplo, el agua funciona como el principal elemento simbólico de Roma. Ya el primer plano nos muestra un charco de agua y el reflejo de un avión surcando el cielo (otro elemento recurrente), mientras Cleo, nuestra protagonista, friega el suelo. El agua serviría como catalizador de la verdad. Las verdades las muestra el agua. Lo cíclico también es un elemento vital para construir el sentido de la película. Esto queda reflejado, por ejemplo, en la forma en que Paco, el niño, rememora vidas pasadas. No queremos desvelar más detalles, para que el espectador que no haya disfrutado aún de esta joya pueda hacerlo descubriendo por sí mismo estos simbolismos.

Este film nos habla también de racismo y clasismo, ambos representados en la figura de Cleo (de origen mixteco), y en la relación de esta con la familia a la que sirve (una relación que se mueve entre el familiarismo y el servilismo). Asimismo, bajo mi punto de vista, Roma crea un retrato feminista. La figura del padre aparece deshumanizada, podemos hablar casi de antagonista en este personaje, y las mujeres tienen que hacer frente al abandono del hombre. Ellas son lo suficientemente fuertes como para apoyarse entre ellas y salir adelante. No necesitan una figura masculina para ser fuertes.

Bajo mi humilde opinión, nos encontramos ante una de las mejores películas del cine contemporáneo.