“…Cruzas esta cerca y (los leones)
te comerán a los 5 segundos. Sea que los alimentes, los bañes o los acaricies.
No va a importar si te llamas Mia, Kevin, Obi Wan Kenobi…” – John Owen conversando
con Mia, su hija, mientras recorren el refugio.
Las historias de amor entre
un animal y su dueño. Este año el cine ha ofrecido interesantes propuestas
donde se muestra el cariño entre ellos, sea con perros (Mis Huellas a Casa, Febrero; La
Razón de Estar Contigo 2, Mayo), dragones (Cómo Entrenar a Tu Dragón 3, Febrero) o elefantes (Dumbo, Marzo).
Pero el caso de Mia y El León Blanco es muy especial,
ya que no solo vemos a una joven cuidar como si fuera su vida a una especie en
peligro de extinción, sino que refleja, a través del rol protagónico que
interpreta Daniah De Villiers, la
labor de los líderes ecologistas y pro-animalistas que defienden los derechos a
la vida de estas especies.
La historia de Mia
La historia comienza con
Mia, una joven de 10 años, que está en medio de África con su familia administrando
un “refugio de leones” que dejaron de herencia de un pariente. En una navidad,
nace un león blanco. Al inicio la relación la niña y el pequeño felino era nula, pero con el
pasar de las semanas comienzan a interactuar mutuamente.
A lo largo de tres años,
crece la mascota, al nivel de llegar a considerarlo por su padre, John
(interpretado por Langley Kirkwood)
como “un animal salvaje” e impedir la interacción entre ellos. Pero Mia, como
toda ambientalista, se “rebela” contra la orden de su padre y a escondidas, se
acerca a cuidarlo y acariciarlo. Cuando su padre se entera, procede a un plan
para “llevarlo a otro refugio”. Pero en realidad lo quiere vender a “cazadores”
para matarlos, deportivamente.
Sabiendo que las leyes del
país lo autorizan y ante el miedo de que le pase a su león, Mia inicia un plan
para llevarlo a su hábitat natural, donde está prohibido cazarlo. Pero el trayecto
es complejo ya que debe recorrer parte del territorio sudafricano.
Hay dos maneras de ver la
historia: desde “los zapatos” de Mia, al querer apoyar su iniciativa y
motivarla a seguir avanzando, y el tradicional lado “neutral” donde sientes que
todos tienen la razón. Al ver la historia, me sentí identificado con la
primera, ya que desde niño que me encanta el mensaje ecologista y del cuidado
del planeta y todo lo que hay en él.
Como no podía faltar, hay
referencias a clásicos del cine. La frase que acompaña el inicio de este
artículo, que se menciona en la trama, tiene un guiño al personaje de Star Wars. Pero no es el único. Al fiel
estilo de El Rey León, hay una
aparición de dos especies animales, curiosamente parecidas a Timón y Pumba.
Además usan en la banda sonora del inicio de los créditos finales, una de las
canciones que se popularizaron gracias al filme animado de Disney. Aclaro, no
es “Hakuna Matata”.
En resumen
Cuando vea este
filme, tenga un pañuelo en la mano por si acaso, porque se emocionará y sentirá
más aprecio hacia su mascota. Luego, al volver, querrá abrazar a su perro,
gato, hámster o pecera, porque sentirá que realmente es un miembro más de la
familia.
Redactado por: Jair Pineda
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