En el corazón palpitante, a menudo ignorado, de la Gran Sabana venezolana, donde los imponentes tepuyes se yerguen como guardianes de un pasado lejano, se teje una historia de tenacidad, recuerdos ancestrales y una conexión íntima con la tierra que nos sostiene. Durante más de veinte años, esta narrativa ha vibrado en el alma de María de los Ángeles Peña, una comunicadora social cuya profunda sensibilidad la impulsó a trascender las aulas y sumergirse de lleno en la lucha del pueblo Pemón. Ahora, esa historia encuentra su cauce en la gran pantalla a través del documental Kueka: Memoria Ancestral, una pieza que va más allá de la simple documentación para erigirse como un acto de profunda reivindicación cultural y un legado vivo de sabiduría ancestral.
Sentados, aunque sea virtualmente, frente a María, la pasión que emana al hablar de este proyecto es casi física, se siente en el aire. Su relato sobre el nacimiento de "Kueka" nos transporta de golpe a 1998, un año bisagra donde su camino se cruzó con la firmeza inquebrantable del pueblo Pemón. "Es desde hace muchos años… Recién yo estaba en la carrera en comunicación social, y ellos se quedaban durmiendo en los espacios de la UCV, porque venían a Caracas a protestar contra el tendido eléctrico", recuerda, y su voz aún denota asombro. Aquel encuentro, aparentemente fortuito, con líderes y lideresas de comunidades como San Rafael de Kamoirán, San Ignacio de Mapaurí y Kavac, lejos de ser una simple anécdota de juventud, plantó una semilla de compromiso que, con el tiempo, echaría raíces profundas.
Para María, aquel primer contacto con la majestuosidad de la Gran Sabana y su participación en el Segundo Congreso Nacional Pemón fue, sin duda, una revelación que le caló hondo. "Para mí fue como conocer esas realidades de pueblos autóctonos o pueblos indígenas pemones pues, porque para mí el pueblo Pemón es una nación. Están los pueblos Arecuna, Cumanacoto, Taeroepan, en fin… encontrarlos a ellos en ese espacio, cambiando su presente y su futuro como pueblo para mí era algo grande. Los pueblos indígenas están vivos y están organizados". Fue en ese crisol de lucha constante y resistencia palpable donde la historia de la Abuela Kueka, esa piedra sagrada de un significado espiritual tan profundo para el pueblo Pemón, comenzó a tomar forma en su interior, como una melodía persistente.
La batalla por el retorno de Kueka, arrebatada de su lugar ancestral y llevada a tierras germanas en aquel ya lejano 1998, se convirtió en un hilo conductor, casi un destino, en la vida de María. Su formación como comunicadora social la impulsó a registrar los momentos más álgidos de esa resistencia, incluso asumiendo los riesgos que su labor implicaba. "Yo como estaba en comunicación social tenía siempre mi camarita con la que pude documentar… en ese tiempo hubo un enfrentamiento entre el ejército y contra estas comunidades que protestaban contra el tendido eléctrico, yo pude tomar una fotografías sobre la situación de represión y de heridos que allí sucedió". El cobijo y la protección que le brindó la comunidad de Mapaurí en aquellos momentos tensos sellaron un lazo que trascendería el tiempo, convirtiendo a esta comunidad en el corazón mismo de su proyecto cinematográfico.
Casi dos décadas después, en ese vaivén de la vida, entre 2017 y 2018, el destino la llevó a la Cancillería, donde finalmente pudo sumar su voz y su energía a los esfuerzos institucionales por la repatriación de Kueka. Fue justo en ese punto crucial donde la idea de un documental dejó de ser una vaga inquietud para transformarse en un proyecto tangible, con forma y fondo. "Esta es como una de esas historias que te acompañan y no sabes por qué, pero forman parte de tu vida y por tanto decidí en el 2019 unir las piezas hacer un documental".
Al indagar sobre la esencia narrativa de "Kueka: Memoria Ancestral", María describe un tapiz intrincado de voces y recuerdos que se entrelazan. "En el documental podemos ver esta historia que me ha acompañado por más de 20 años, y lo que procuré con el documental es aparte de dar a conocer el esfuerzo colectivo… el protagonista del documental es una instancia desde lo colectivo, es el consejo de ancianos y ancianas". Esta decisión, tan consciente y sentida, de colocar en el centro de la narrativa la sabiduría ancestral de los abuelos y abuelas Pemón, impregna al filme de una profundidad y una autenticidad que conmueven hasta la médula.
La figura de la abuela emerge entonces como un eje fundamental, trascendiendo su rol como representación de Kueka para convertirse en la viva encarnación de la cosmovisión Pemón. "Si debemos de hablar de una protagonista como tal es la abuela, que en el documental se procura desde el guion tuviera un agenciamiento de lo sensible, es decir que desde nuestra concepción occidental tratas de que en el cine un objeto, en este caso una piedra, tenga agenciamiento, es decir tenga una voz". Esta búsqueda, tan valiente y necesaria, por ir más allá de la visión occidental y permitir que la propia Kueka, a través de las palabras de sus guardianes, nos relate su historia, es un acto cinematográfico audaz y profundamente respetuoso.
La elección de narrar el documental íntegramente en Pemón subraya el firme compromiso de María con la preservación y la visibilización de la riqueza lingüística de Venezuela, un tesoro a menudo olvidado. "El documental está narrado totalmente en Pemón, siendo este uno de los idiomas que tenemos en Venezuela, por lo que también se procura que hubiera una visibilización de la importancia lingüística, lo que también ontológicamente es un homenaje a las abuelas y abuelos pero también es un homenaje al documental latinoamericano". En este sentido, "Kueka" se inscribe con fuerza en esa tradición del cine documental latinoamericano que busca dar voz a las comunidades originarias y desafiar las narrativas dominantes.
El proceso de realización, que implicó tres inmersiones profundas en la comunidad de Mapaurí a lo largo de dos años, fue un verdadero ejercicio de convivencia y respeto escrupuloso por los códigos culturales Pemón. La colaboración estrecha con Dayana Gautier en la edición y con un equipo entregado al cine de impacto social fue, sin duda, un pilar fundamental. María destaca con especial cariño la sensibilidad aportada por el cineasta Yekuana Raúl Cuyujani, cuya mirada enriqueció la representación de las voces indígenas con una autenticidad invaluable.
"Kueka Memoria Ancestral gira alrededor de muchas capas", explica María, enfatizando el profundo homenaje a los ancestros y la exploración de lo que ella describe como "semántica geológica" – esa capacidad intrínseca de la naturaleza para comunicar significados que trascienden lo puramente físico. "Tratar en la medida de lo posible que estuviese presente la pulsión de la naturaleza de una roca que para el régimen occidental puede ser solo una roca pero para ellos es su abuela, que está llena de energía y que emana para el resto varias conexiones".
La honestidad y la ética fueron, sin lugar a dudas, los cimientos sobre los que se construyó este documental. María relata con firmeza su postura inflexible contra cualquier forma de apropiación indebida de imágenes dentro de la comunidad. "Nosotros tratamos en todo el proceso hacer la consulta previa e informada, donde la comunidad nos autorizó en hacer este documental… soy un poco obstinada en eso, un ejemplo es que yo no les permitía al equipo que en los momentos libres estuvieran por allí tomando fotos con el celular a los niños y niñas, porque debemos aclarar que este régimen que tenemos con lo exótico que en este caso es ser indígena, pareciera que se nos autoriza a expropiar la imagen y no hay un cuestionamiento de eso, al contrario hay una celebración de eso". expresó. Esta profunda reflexión sobre las prácticas cinematográficas en contextos indígenas resuena con fuerza en los debates actuales sobre la representación justa y el respeto cultural genuino.
Al hablar del guion, co-creado junto a Dayana Gautier, María describe el desafío de entrelazar la linealidad del tiempo occidental con la concepción cíclica que impregna la memoria Pemón. En palabras de María, "el desafío de plasmar esta historia, fue el de tratar de equilibrar un cronos muy lineal, por el mismo tiempo ese cronos lineal que nos vimos llamadas a transgredir porque ese cronos en la memoria de los abuelos y abuelas pemones no es lineal, es circular". El inteligente uso de material de archivo, que se remonta a sus primeras visitas a la Gran Sabana, se convierte en un puente conmovedor entre el pasado y el presente, enriqueciendo la narrativa con capas de significado que se sienten en la piel.
"Al final siento y pienso que este es un documental que quedará para las futuras generaciones", afirma María con una convicción que desarma. Su ferviente esperanza es que Kueka: Memoria Ancestral no solo honre la incansable lucha del pueblo Pemón y rinda tributo al valioso cine documental latinoamericano, sino que también sirva como un faro para visibilizar el creciente y vibrante movimiento de cineastas indígenas en Venezuela.
En un paralelismo que invita a la reflexión, María evoca el estudio de un antiguo frizo peruano que representa una sorprendente "rebelión de los artefactos". "Con Kueka me pasa y que la película se pudo llamar también así, la rebelión de Kueka, porque de alguna manera esta piedra esta materialidad decidió dónde estar o no estar, y con quién estar", añadió la directora. Esta última reflexión nos interpela directamente, invitándonos a reconsiderar nuestra relación con el mundo natural y esos objetos que solemos considerar inertes, recordándonos que para otras culturas, como la Pemón, la vida y la memoria palpitan en cada rincón del territorio, en cada piedra ancestral.
Kueka: Memoria Ancestral se presenta, entonces, no solo como un documental que informa, sino como un acto de escucha profunda que nos transforma, una ventana abierta a una cosmovisión rica y compleja que nos desafía a mirar más allá de lo evidente, y un testimonio elocuente de la resistencia admirable de un pueblo que lucha con uñas y dientes por preservar su identidad y su patrimonio sagrado. Su llegada a las salas de cine es una invitación urgente a ser testigos de la rebelión silenciosa de una abuela de piedra y de la memoria viva que late en el corazón de sus nietos.
Tráiler: https://youtu.be/MLZUxu2f08Q
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