Ámbar, el color de una película perfecta

Ámbar: El color de una familia perfecta

Ámbar continúa la tendencia venezolana durante los últimos años del cine queer, dónde a través de películas cuyos argumentos se centran en la homosexualidad pretenden generar un mensaje positivo y de reflexión a los espectadores. Este film se presenta con una historia completamente original para mostranos otra faceta de los conflictos que se generan por la homosexualidad.

La película gira en torno a Paúl, actor y cantante, propietario de un exclusivo Bar musical donde da vida a Ámbar, una mujer voluptuosa y carismática. Luego de regresar de Cánada junto a su marido, Tibeu, debe luchar por el regimén de convivencia familiar impuesto desde hace 8 años (la edad de su hijo) por su ex mujer, Amanda, quien está llena de prejuicios basados en sus principios culturales. Paúl hará todo lo necesario para acabar con ese régimen y compartir con su pequeño hijo, Guillermo. No conforme con eso, existe otro problema en la familia, su hermano Roberto es un músico frustrado sumergido en las drogas quien está a punto de perder la patria potestad de su hija. Esta familia deberá sobreponerse a tales adversidades y hacer de lado los prejuicios y matices mientras aprenden a valorar las necesidades del niño.

En está película nos encontraremos muchos de los personajes arquetipos básicos de las películas. Un protagonista que lucha por lograr sus objetivos; principalmente el de mantener la estabilidad de su familia; una antagonista que se opone a dicha solicitud, siendo en este caso su ex-mujer. Asimismo, conseguiremos muchos contagonistas, es decir, la voz prejuiciosa tentadora, caracterizada en gran parte de la familia y las suegras principalmente, quienes están en contra de la homosexualidad.

Por su parte, conoceremos a Roberto, interpretado por el talentoso Leo Aldana en un personaje cargado de drama y exceptisismo, quien vive su mundo de frustración, a cargo de una hija adolescente, la cual sufre las consecuencias de la desastroza vida del padre. Tambíen aparece un personaje emocional e inocente que reaccciona de la manera más sincera a cada situación, el pequeño niño, Guillermo.

Un guión cargado de drama, tragedia y madurez para abordar un tema tan delicado en la actualidad como es, la discriminacion y el rechazo a la comunidad LGTB. Tiene unos puntos de giro que mantienen enganchado al espectador debido a que cuando todo parece estar bien, aparece un problema o viceversa. Lo interesante del guion, es que nos muestra una realidad combinada con la ficción y que probablemente, muchas personas no conozcan. Tal lo decía su director, "aquí se muestra un modelo alterno de familia".

Un modelo alterno de familia que gira en torno a un personaje homosexual y que por él, surgen subtemas como, la inclusión familiar, la tolerancia y también la violencia psicológica en los niños, la discriminación o los prejuicios sociales.

También hay que mencionar sus puntos negativos, como toda película, y es el plano de la expresión. Sin quitarle mérito a la estética y el arte expresado a lo largo de toda la película (la música, la escenografía, el vestuario), los cuales considero magníficos y dignos de aplaudir y reconocer, acompañados de unas canciones y una musicalización muy buena. Particularmente sentí pobre la calidad técnica (tal vez lo más criticado del cine venezolano en general) como los movimientos de cámara, los planos y en algunos casos, la pulcritud del audio, ya que solía escucharse el audio ambiente en algunos diálogos. No obstante, esos fueron detalles que surgieron seguramente de las dificultades que enfrentó está película en su proceso de producción, donde la mayor parte del presupuesto fue independiente.

Por otro lado, contamos con un elenco increíble, encabezados por las primeras actrices Caridad Canelón y Francis Romero, en unos papeles con pocas apariciones en comparación a otros personajes, pero bastaron para mostrar su gran talento. También me sorprendió la interpetración de Leo Aldana, quien de una manera muy profesional encarnó un personaje sumamente complicado, con matices emocionales muy fuertes y teniendo en cuenta su poca experiencia en la actuación para cine, seguramente no la tuvo nada fácil. Junto a ellos, destaca también la actuación de la hermosa modelo y animadora Silvana Continanza, quien interpreta a una doctora madura y reflexiva, la cual se adaptó perfectamente a ella.

La infancia también tuvo protagonismo en esta película, con la participación del niño Esteban de la Parra, quien abordó muchas escenas con total profesionalismo a pesar de su corta edad, sin embargo, su personaje pudo reflejar mayores emociones características de los niños... Pero lo cierto es que se notó el trabajo del acting coach.

Y finalmente, debo reconocer con mucho respeto el increíble trabajo realizado por el productor, director, guionista y protagonista de la produccióm, José Gregorio Hernández. Siempre valoro a los cineastas que cumplen tanto roles porque no debe ser fácil, pero en este caso también aplaudo su trabajo porque a parte de haber escrito una historia impactante, sobrellevar el forzado proceso de producción y dirección (en colaboración de la cineasta María José Aular) y haber presentado una gran estética, no pudo tener una mejor interpretación, tan natural y creíble.

Ámbar será posiblemente una de mejores película de cine de autor que podremos apreciar en nuestro cine venezolano por este año, debido a que nos refleja una historia original y sin clichés, basados en hechos reales donde la intolerancia y la discriminación afectaron a dos familias, imponiendo la ausencia de la figura paterna en un niño en pleno desarrollo.


Ficha técnica:

Producción: José Gregorio Hernández
Idea original: José Gregorio Hernández
Guion y dirección: José Gregorio Hernández y María José Aular
Talentos: José Gregorio Hernández, Indra Santamaría, Leo Aldana, Juan José Baptista, Caridad Canelón, Francis Romero, Silvana Continanza, Esteban Parra y Stefany Hernández
Música: Alejandro J. Silva
Distribución: Cines Unidos de Venezuela/ Mundo de Película

Comentarios