Hace un par de días leí la explicación que diera Guillermo del Toro
sobre el nombre de The Shape of Water. El director mexicano decía que para él
tanto el agua como el amor no tienen una forma definida, sino que más bien se pueden
presentar de distintas maneras y, sin embargo, cuando tienes a cualquiera de
los dos al frente, los reconoces.
Esta aclaración me parece la respuesta perfecta a la pregunta de qué se
trata The Shape of Water más allá de decir que cuenta la historia de la
relación entre Elisa Esposito, una conserje de una instalación secreta del
gobierno y la criatura anfibia humanoide que allí mantienen escondida.
El guion es bastante sencillo y presenta un cambio de roles del
acostumbrado storyline del caballero en su armadura rescatando a la damisela en
peligro, y en este caso es él quien está en aprietos y ella la encargada de
salvarlo. La curiosidad inicial de Elisa poco a poco se transforma en algo más
debido a la conexión que se crea por el hecho de que ambos (ella muda y él,
pues una criatura anfibia humanoide) son considerados freaks en el Estados
Unidos de plena Guerra Fría.
A nivel visual es fácilmente identificable la estética de Del Toro. A lo
largo de los 123 minutos de película podemos apreciar cuadros que combinan
imágenes crudas con elementos estilizados, creando planos llenos de armonía.
Simetría, puntos de fuga y una paleta de colores protagonizada por el color
verde o, mejor dicho en este caso, aqua realmente sumergen al espectador en
este mundo de fantasía.
En lo que respecta a las actuaciones, Sally Hawkins es una joya. Se
habla mucho de la calidad de un actor cuando logra transmitir sus emociones más
allá de las palabras, pues esto es exactamente lo que hace Hawkins en un papel
que no le permite hablar (aunque sí cantar gracias a una licencia poética que
se toma Del Toro).
El título de esta publicación se debe a que The Shape of Water, aunque
no es mi película favorita en esta temporada de premios, tiene, debo admitir,
todo los elementos necesarios para llevarse el Oscar a Mejor Película:
impecable desempeño técnico, una buena trama ubicada en un contexto histórico
real, dirección de un veterano del cine, excelentes actuaciones (no solo
destaca Sally Hawkins, sino también Michael Shannon y Richard Jenkins), y, algo
que creo que termina de construir su probable victoria, las grandes referencias
cinematográficas que podemos hallar en la película, empezando desde el mismo
guion que constituye en sí mismo un homenaje a las antiguas películas de monstruos.
Así pues, creo que Guillermo del Toro logró realizar una película hecha
a la medida de la Academia, y aunque tiene fuertes competidoras y siempre puede
haber sorpresas, al igual que pasa con el agua y el amor, cuando estamos frente
a un film ganador, lo reconocemos.
Hola amigos de Magia del Cine , buen artículo , sabrán que ahora en la prensa a partir de hoy hay un escándalo con el director mexicano Guillermo Del Toro , parece que está metido en un lío de plagio con supuestamente el autor de la historia de esta película que originalmente era una historia de obra de teatro . Saludos!
ResponderEliminarHola Eugenio! Es una locura la campaña que se ha hecho en contra de Guillermo por esta película. También se decía que había copiado el estilo de un cortometraje holandés. Particularmente considero que el hombre tiene los créditos para decir que no es un plagiador porque muchas de sus películas han surgido de sus locas ideas... O al menos es lo que creemos! Un saludo
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