Los vampiros llegaron a Venezuela

EL VAMPIRO DEL LAGO


Un thriller policial es la ópera prima del joven director Carl Zitelmann, basado en la novela original "Un vampiro en Maracaibo" del autor zuliano Norberto José Olivar. Esta película pertenece a los largometrajes seleccionados a participar en la Competencia Oficial del Festival del Cine Venezolano 2018.

Dentro de la controversia que expone el género presente en este film, hay quienes señalan que se trata de una película de terror, por el simple hecho de narrar la trama de una criatura terrorífica como el vampiro, otros se apoyan en el suspenso, pero algunos opinan que tiene de todo un poco, mostrando una visión original del director, debido a que también mezcla los géneros anteriormente nombrados con elementos de la acción en algunas escenas.

Ernesto Navarro es un escritor fracasado, que en su búsqueda obsesionada por alcanzar la fama, decide investigar sobre un extraño crimen hecho por Zacarías Ortega, un asesino en serie que tiene la particularidad de dormir a sus víctimas para luego cortarles la yugular y beber su sangre, a cambio de la inmortalidad. Para su investigación, Navarro recurre al excomisario Jeremías Morales, quien detuvo al asesino en los años setenta, y así sacarle la mayor información posible, mientras éste le cuenta su historia.

Partiendo de esa historia, la película se basa en un argumento temático que recorre diversos dilemas universales, tales como el bien y el mal y sobre lo que es correcto hacer y lo incorrecto o hasta que límites puede llegar alguien por obtener algo.

El guion tiene variedad en su estructura, logrando entretener al público durante la mayor parte del film. Amplia descripción visual para los momentos de suspenso, pero por otra parte, los diálogos salen a relucir durante los interrogatorios y obviamente en los encuentros entre Navarro y el excomisario.

Su narración logra captar la atención y es muy probable que saquen sus propias conclusiones a lo largo de la película, teniendo en cuenta que aborda hasta el final un caso por resolver. No obstante, pienso que le faltó peso a muchos personajes al momento de desarrollar sus tramas, sus convicciones y personalidades, ya que sólo se aprecian de manera superficial sus ideologías y pensamientos, a excepciones del vampiro Zacarías y el excomisario Morales, quienes justifican perfectamente sus acciones y el desarrollo argumental de estos personajes fue completo.

La dirección fue espectacular en la mayoría de los elementos que formaron parte de ella. Con una fotografía genial, cada plano estuvo filmado de manera tal que reluciera y que sin duda alguna, sobresaliera en las escenas. Asimismo, esa fotografía fue complementada con tonalidades que le proporcionaron el suspenso necesario a una historia que de por sí ya era difícil de creer, porque ¿cómo se va a recrear una historia de vampiros en la ciudad mas soleada de Venezuela?

En otros aspectos, se debe reconocer la música de Alain Gómez y Luis Daniel González; integrantes de la exitosa banda venezolana Famasloop; la cual ayudó mucho a ofrecer ese toque de suspenso en la película sobre un estilo electrónico que se presenta como una propuesta moderna de este tipo de cintas de género.

Ahora bien, analizando los personajes, podemos decir que no existe un protagonista como tal en la cinta puesto que muchos de los personajes tiene un papel importante y al mismo tiempo buscan un objetivo. Pero sí existe un personaje principal, el vampiro, ya que todo el argumento de la historia gira en torno a él. Un personaje que por cierto, es muy diferente al que nos presentan las típicas historias de este estilo, con características y rasgos que por momentos, se vuelven particulares y propias de la novela adaptada.

En mi humilde opinión, expreso respetuosamente que las películas que cuentan con un elenco de grandes y reconocido actores, implican un reto para sus directores, teniendo en cuenta que el público asiste con las expectativas muy elevadas, las cuales pueden caerse fácilmente. Particularmente, no me decepcionaron las actuaciones de grandes nombres presentes en esta obra, pero si esperaba más, desde la naturalidad, hasta la conexión emocional con los personajes. Tal vez, esta opinión derive de los mismos detalles que mencioné en cuanto al desarrollo personal de algunos personajes y la falta de un protagonista absoluto.

Aún así, admito que existen muchos puntos positivos en las actuaciones de esta película, como el del argentino Eduardo Gulino, quien se lució en una entrega total a su personaje del vampiro, admitiendo que se lo tomó muy en serio, a tal punto de mentalizarse en pensar para los rodajes como su propio personaje. Una actuación que le exigió un esfuerzo físico y psicológico, puesto que sus actuaciones van evolucionando a lo largo de la trama, pero manteniendo la esencia.

Por otra parte, la leyenda del cine venezolano, Miguel Ángel Landa, quien interpreta al excomisario Jeremías Morales, tuvo también una actuación digna de reconocimientos, dejando en evidencia su experiencia en este medio, con actuaciones muy contundentes, sustentadas en un desarrollo dramático del personaje, ya que gran parte de su historia se apoya en los recuerdos del joven Morales, cuando era comisario activo y logró atrapar al vampiro buscado. Precisamente, la actuación del joven comisario Morales, fue interpretada por el talentoso y joven actor Abilio Torres, quien no tuvo necesidad de relucir tanto para demostrar el aprendizaje que ha venido adquiriendo en las tablas y postularse como un prospecto del cine venezolano.

Y otro de los grandes actores que forman parte del elenco de esta película es Sócrates Serrano, quien interpreta al escritor Ernesto Navarro, uno de los personajes más importantes de la historia y quien retoma el caso llevado a cabo. Su interpretación fue aceptable, sin embargo, su personaje pudo haber sido aprovechado con aspectos adicionales para un mayor impacto dramático.

Pero en el caso de la actuación de uno de los actores más reconocidos y respetados de nuestro país, Javier Vidal, considero que su breve aparición en pantalla, pudo haber sido más natural, traspasando las barreras esquemáticas que en ocasiones podemos apreciar en el teatro.

En general, esta película puede ser vista por todos aquellos amantes del género del suspenso e inclusive por el público reflexivo al que le gustan las películas que plantean una temática abierta al debate y análisis. Probablemente, la película le dará un empujón nuevamente a la taquilla venezolana y con su estilo sorpresivo, policial y misterioso, las carteleras venezolanas contarán con una opción para entretenerse y disfrutar del cine comercial.

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