La inteligencia de English

JOHNNY ENGLISH 3.0

La tercera entrega de la saga-parodia de James Bond ha llegado. Ahora el agente de inteligencia británica más torpe de todos se ha retirado, dedicándose a "dar clases" en un colegio de primaria (realmente enseña a los niños a ser espías). Sin embargo, debe volver otra vez a la acción para descubrir a un hacker que ha revelado la identidad de todos los agentes secretos británicos, y además, amenaza con colapsar las redes y hacer un caos mundial.


La película se apoya en el mismo planteamiento de sus antecesoras; acción, persecuciones, explosiones, espionaje y mucha ¡mucha diversión y comedia! El equipo de dirección supo trabajar muy bien ambos géneros y mezclarlos dentro de un mismo largometraje. Reencuentros, seducción y algunas torpezas son algunos de los elementos de esta película, la cual se complementa con las magníficas ocurrencias del popular actor y comediante Rowan Atkinson, quien encarnando a Johnny English, debe detener al rival más complicado que se ha enfrentado hasta hora... La tecnología.

El hecho de que un personaje tan despistado, torpe y confiado como nuestro agente británico deba lidiar con los avances tecnológicos y la amenaza de los hackers, da paso a un conflicto bastante complejo que pudo ser explotado desde el punto de vista narrativo, presentándonos una historia divertida, graciosa, pero además, interesante...

Lastimosamente y por decirlo de alguna manera, la historia fue trabajada sobre un guion sencillo y predecible, en comparación a su precuela, la cual nos envolvió en una historia llena de enigmas y sorpresas. Esta vez, percibí que se enfocaron más en entretenernos mediante escenas y secuencias cargadas de acción y comedia; muy bien pensadas; sin darle tanta importancia a la historia general como tal.


Básicamente, el conflicto de la historia lleva al agente English a detener las amenazas de un súperpoderoso hacker que pretente acabar con el mundo, colapsando internet, sin embargo, es el típico caso del perro que ladra pero no muerde.

La carga mayor del film se sustenta en las grandiosas actuaciones de "Mr. Bean" (particularmente disfruto mucho su comedia), a través de su característico estilo de gracia, tan universal, tan entendible; haciéndonos reír hasta de la más simple situación. Con todo el respeto que se merece y con la disculpa de muchos, he llegado a comparar la comedia de Rowan Atkinson con la misma que hacía Charles Chaplin, ya que ambos se complementan con sus gestualidades, haciendo reír a todos en la sala mediante las ridiculeces como parte de sus elementos cómicos.

Otro plus adicional de esta película es la participación de la actriz y modelo Olga Kurylenko, quien además de ser muy atractiva, ha tenido la oportunidad de interpretar a una "chica Bond", por lo cual esta trama le debió ser muy familiar y eso benefició su actuación. No obstante, es evidente que su fuerte no es la comedia, pero aún así, fue agradable e importante su presencia en la cinta.

Una película para reír a cada instante (aunque no me sacó carcajadas), pasar un rato agradable y entretenerse con una comedia de acción que demuestra que cuando la creatividad y el talento se juntan, los resultados pueden ser muy positivos y divertidos.

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