2001: la Odisea de la evolución y la imperfección del ser humano

 La primera vez que uno ve 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968), puede dejarse llevar por la sensación de estar ante una película tediosa, difícil de comprender, lenta, aburrida incluso. Esto se debe a que es una película cargada de simbolismo y, en un primer visionado, el espectador puede hacerse mil preguntas que parecen no tener explicación. Sin embargo, cuando uno conoce el sentido de todos estos elementos, este pionero largometraje puede resultar una gran experiencia audiovisual. En este artículo, desgranaremos las tramas y significados principales, para que el espectador pueda disfrutar más aún de esta indiscutible obra maestra del cine.
Huelga mencionar la objetiva importancia del film dentro del género de la ciencia-ficción. Stanley Kubrick nos ofreció la película por excelencia dentro de este género, y lo liberó, de esta forma, de su atadura a la “serie B”.
La perfecta cinematografía de Kubrick, como siempre, cuidada al detalle, en conjunto con la fantástica elección de temas de música clásica para la Banda Sonora del film, hacen de este ya una experiencia irrepetible para el espectador. Los temas tratados en la película, basada en la novela de Arthur C. Clarke, una vez llegamos a comprenderlos, completan esta experiencia.
A continuación, vamos a analizar las tramas principales de la película, así como los principales elementos.

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Trama principal: la evolución humana. Los monolitos.


La trama principal abarca millones de años, y no es otra que la propia evolución del ser humano. En un primer visionado, podemos caer en el error de pensar que la trama del ordenador HAL 9000 es la principal, pero esta no es más que una trama secundaria que no afecta al transcurso de la original.
La evolución del ser humano se narra a través del motivo visual de los extraños monolitos negros, 4 en total, que aparecen a lo largo de la película, y que marcan las distintas fases en la evolución humana, hasta llegar al nacimiento de una nueva especie, perfecta, divina.
En la película, estos monolitos vienen a ser la prueba de que los principales hitos en nuestra evolución fueron controlados por una especie extraterrestre, desconocida, que dirige esta evolución a través de estos extraños artefactos, que de alguna forma manipulan nuestras mentes.

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Primer monolito: el primer ser humano.


La aparición del primer monolito tiene lugar en África, hace millones de años. Un grupo de prehumanos cavernícolas sobreviven como pueden, en un paisaje desolado, conviviendo a la fuerza con una manada de tapires que les quitan la poca comida de que disponen, además de con un clan rival que les priva de la única fuente de agua de la región. Todo esto, por no mencionar la amenaza de un leopardo que domina la zona, y que mata a los miembros de este humilde clan.
Pronto aparece, en la planicie, un extraño monolito de piedra, que provoca el miedo y la incertidumbre en estos seres al principio, aunque más tarde se terminan acostumbrando y conviven con él, como si no estuviera ahí. De alguna forma, el monolito afecta a la mente de estos prehumanos, lo que provoca que, uno de ellos, vea en los huesos de un esqueleto de animal lo que ninguno de sus compañeros había visto nunca: pueden ser utilizados como herramientas. Este ser, que pasa a convertirse en el primer ser humano, ha realizado este hallazgo gracias a la influencia del monolito sobre su forma de pensar. Esto les permitirá librarse de la manada de tapires, a los que ahora pueden cazar para alimentarse; del clan rival y, suponemos, también del leopardo.

Segundo monolito: señal de alarma.


La aparición del segundo monolito sucede millones de años después de la aparición del primero: en el siglo XX, en un momento en el que el ser humano está colonizando la Luna.
En una colonia lunar, los norteamericanos descubren un extraño campo magnético y deciden excavar, para descubrir su procedencia. Al excavar, como no podía ser de otra forma, encuentran el monolito negro, y su reacción es la misma que tuvieron sus antepasados millones de años atrás: el miedo y la incertidumbre. Deciden ocultar el hallazgo al resto de la población, poniendo en cuarentena la colonia y expandiendo el rumor de una extraña infección.
Imagen relacionadaPor la forma del monolito y las condiciones de la excavación (parece que ha sido enterrado a propósito), los científicos sospechan de su origen artificial. Ante lo que promete ser un acontecimiento histórico (la primera evidencia de vida inteligente alienígena), un grupo de astronautas se dispone a fotografiarse con el extraño artefacto, aunque, mientras realizan las fotografías, aparecen los primeros rayos de luz que, al chocar con el monolito por primera vez desde que se desenterró, provocan que este emita una fuerte señal de radio, que se cuela en los transmisores de los astronautas, con un insoportable chirrido. Descubrimos así que el monolito es una señal de alarma; estaba enterrado a la espera de que el ser humano hubiera avanzado lo suficiente como para llegar a la Luna y detectar el artefacto. La señal de radio avisa a la especie extraterrestre de que ese momento ha llegado.
A partir de entonces, los norteamericanos, que saben que la señal se dirigía a Júpiter, preparan una expedición a este planeta; el monolito no era solo una alarma sino, también, un señuelo para llevar a los humanos hasta Júpiter.
Entra ahora en acción la nave Discovery, en la que tendrá lugar la trama secundaria de la rebelión del ordenador HAL 9000, que expondremos más adelante.


Tercer monolito: una puerta al infinito.


Resultado de imagen de 2001 space odysseyCuando la nave Discovery llega a Júpiter, Dave Bowman, único superviviente de la misión, descubre un nuevo monolito flotando en la órbita del planeta. El astronauta decide salir en una pequeña cápsula de exploración para observar el monolito de cerca, el cual, sin duda, parece ser el receptor de la señal emitida por el monolito de la Luna. En cuando la cápsula se acerca al monolito, se abre un abismo ante Bowman, y esta acelera a un ritmo aparentemente inconcebible. El monolito ha absorbido la cápsula, y ha sido lanzada a un viaje a través del universo, hacia el infinito.



Cuarto monolito: una nueva especie.


El destino del extraño viaje de Bowman es aún más desconcertante: se encuentra en una especie de habitación de hotel, diseñada con parámetros humanos y, claramente, destinada a ser habitada por un humano, pero muy lejos de la Tierra. Todo parece demasiado artificial como para ser una auténtica habitación de hotel. Tenemos la impresión de que, más bien, es una especie de jaula, como en un zoológico. Bowman está obligado a vivir en esta habitación-jaula en la que los seres desconocidos observan su comportamiento, y le dan agua, comida y ropa, sin llegar a revelarse nunca.
En la habitación, el astronauta tiene extrañas visiones sobre su futuro. Aunque no llegamos a saber si esas visiones son auténticas o meras alucinaciones, sí sabemos que Dave Bowman no va a salir nunca de la habitación.
Ya plenamente envejecido, tendido en su cama, empieza a agonizar. De pronto, a sus pies, aparece un nuevo monolito. Bowman alarga el brazo, y señala hacia él. De pronto, su cuerpo desaparece, y aparece un extraño embrión. Tal y como el cavernícola se convirtió en el primer ser humano, el embrión es el primer individuo de una nueva especie, perfecta, sin ataduras a un cuerpo físico y con capacidad de moverse por el Universo con total libertad. Es el Niño de las Estrellas.
Al final de la película, el Niño de las Estrellas viaja hasta la Tierra, la observa de lejos, y se da la vuelta para observar al espectador, que aún es imperfecto.
Así se completa la evolución hacia una nueva especie.


Trama secundaria: la neurosis de HAL 9000.


Esta subtrama se centra en el ordenador HAL 9000, una máquina creada por el Hombre para ser perfecta, encargada de supervisar la misión de la nave Odyssey y se asegurar su éxito. HAL 9000 fue creado como un cerebro artificial, y fue educado como un niño, aunque con una increíble precisión. Nadie sabe si HAL tiene o no sentimientos, aunque actúa como si los tuviera. Esta trama secundaria se basa en la reflexión sobre la naturaleza de la inteligencia y la identidad.
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Dave Bowman y Frank Poole hablan sobre la necesidad de desconectar
al ordenador HAL 9000
La verdad es que HAL sí tiene sentimientos. Está orgulloso de sus capacidades, superiores a las del ser humano, y está obsesionado con lograr su objetivo: que la misión de la nave Odyssey tenga éxito. El ordenador conoce el auténtico fin de esta: descubrir el destino de la señal enviada por el monolito de la Luna e investigar su origen extraterrestre. Sin embargo, los tripulantes de la nave, Dave Bowman y Frank Poole, lo desconocen, y HAL tiene la orden de ocultarles esta información hasta que hayan llegado al objetivo.
En un momento dado, HAL se ve envuelto en un gran dilema: tiene la misión de asegurar el éxito de la misión y, para ello, conocer el auténtico objetivo de esta es fundamental. Comunicarles a los astronautas este dato impedirá que estos estropeen el transcurso de la misión por desconocimiento. Por otro lado, contarles el plan supondría desobedecer las órdenes que le encomendaron y, por lo tanto, no estaría cumpliendo el plan de la misión. Elija la opción que elija, parece que ninguna es buena.
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David Bowman se dispone a rescatar el cuerpo de Frank Poole,
tras haber sido este asesinado por el ordenador HAL 9000
Este dilema le lleva a obsesionarse hasta el punto de desarrollar una neurosis (lo que le hace aún más humano) y, consumido por esta neurosis, comienza a manifestar pruebas de ello. De la misma forma en que un ser humano puede manifestar síntomas de enfermedades inexistentes, HAL alerta de una avería en la antena que comunica a los astronautas con la Tierra. Es posible que hiciera esto de forma involuntaria, o voluntariamente, pero parece una clara manifestación de su deseo de quitarles a los humanos el control y tomar él las riendas de la misión. Bowman y Poole, al descubrir que la avería es ficticia, comienzan a sospechar que algo no va bien con HAL. Se encierran en una cápsula donde el ordenador no puede escucharles y hablan de la necesidad de desconectar la máquina. HAL les ha leído los labios y, ante esta información, reacciona con miedo. Para él, la desconexión equivale a la muerte, y no quiere morir. Asesina a Frank Poole, haciéndole salir al exterior con una nueva falsa alarma de avería en la antena, y cortando el cable que le suministraba oxígeno. Bowman, creyendo que se trata de un mero accidente, sale a rescatar el cuerpo de Poole, pero, cuando quiere volver a entrar a la Discovery, HAL no se lo permite. Le dice al astronauta: “sé que Frank y usted planeaban desconectarme… y me temo que eso es algo que no puedo permitir que ocurra”. Dave comprende que el ordenador se ha rebelado y que, con total seguridad, habrá asesinado al resto de la tripulación (que viaja en estado de hibernación). A través de una puerta de emergencia, Bowman entra a la Discovery y consigue desconectar el ordenador, que agoniza. Nos encontramos ante la única escena dramática del film, y está protagonizada por un ordenador, no por un ser humano. En esta escena, en la que asistimos al “asesinato” de HAL 9000, el ordenador manifiesta que siente como su mente se desvanece, hasta que muere mientras canta una canción infantil (que le habían enseñado mientras le educaban). Al morir HAL, el vídeo donde se informaba a los astronautas del auténtico objetivo de la misión se reproduce automáticamente, y el astronauta descubre que han sido engañados. Los que planearon la misión confiaron más en una inteligencia artifical que en el propio ser humano, pero ahora sabemos que esto fue inútil. Las máquinas también son imperfectas y se enfrentan a las mismas imperfecciones que los seres humanos. Conclusión: el ser humano no puede crear algo más perfecto que sí mismo.
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Dave Bowman desconecta a HAL


2001: Una odisea del espacio habla de la inteligencia como aquello que nos hace humanos, y nos recuerda que somos imperfectos, y que solo somos un paso intermedio hacia una nueva especie más perfecta, y con menos limitaciones. El propio ordenador HAL 9000, a pesar de ser una máquina, es una alegoría de las imperfecciones del ser humano, y el Niño de las Estrellas, con su perfección y divinidad, no hace más que subrayar esta condición que nos caracteriza.

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