Hay dos favoritas pero sólo una gran ganadora

LA FAVORITA



"Hermosa y extravagante"

La favorita es un melodrama con toques de comedia, dirigida por el griego Yorgos Lanthimos y cuenta con las interpretaciones de Olivia Colman, Rachel Weisz y la oscarizada Emma Stone, altas contendientes a llevarse el Oscar este año, motivo por el cual esta cinta parte entre las "favoritas" de la crítica para sobresalir en la noche de premios más importantes de la industria cinematográfica de Hollywood.


El griego narra una historia original ambientada en Inglaterra, a principios del siglo XVII, enmarcada en la guerra contra Francia. La reina Anne se encuentra debilitada, por lo que cede las ocupaciones a su mejor amiga, Lady Sarah, quien se encargará del trono. Ésta a su vez se conmueve de los encantos de la sirviente Abigail, su prima empobrecida, a quien le brinda la confianza de ocupar otros cargos de mayor importancia. Entonces, Abigail aprovechará la oportunidad para seducir a la reina y ganarse la vida ambiciosa que siempre ha deseado.



De ahí parte una historia profunda con elementos contemporáneos, trasladados a una época en donde la realeza, el empoderamiento femenino y la homosexualidad son satirizados a través de la majestuosidad y la caballerosidad que sólo Gran Bretraña nos puede ofrecer.

Un melodrama con humor implícito

Esta película se fundamenta en argumentos temáticos que se expresan a través de una rivalidad presente dentro de un mismo palacio, abordando puntos muy comentados en la actualidad pero que en su momento quizás todavía eran tabú.

Así pues, nos presentan una reina sumamente inestable que presenta decaídas físicas y psicológicas, con serios problemas de autoestima, sexualidad y trastornos mentales, causados por razones que son bien aclaradas en la cinta. 

En vista de ello, la reina Anne abusa de su poder para complacer caprichos a costa de los subalternos, como por ejemplo, humillar a dos hermosas mujeres para elegir a su favorita. Por tal razón, la rivalidad entre Lady Sarah y su prima Abigail crece a medida que avanza un guion estructurado por actos, cargado de diálogos y humor negro que vuelven al largometraje particularmente lento y pesado.


Ambas doncellas luchan por mantener el amor de la Reina; una por placer sexual y la otra por ambición de poder (creo yo)... Lo cierto es que en esta película todo es incierto e impredecible, donde la mayoría de los personajes son hipócritas y no se sabe quien ama a quien realmente.



A diferencia de la gran mayoría de historias en donde las máximas autoridades son retratadas con gran malicia, en esta ocasión pareciera que la Reina es la única persona inofensiva y totalmente transparente en sus acciones déspotas, las cuales transmiten todo el sufrimiento interior a pesar de vivir rodeada de grandes lujos. Por otro lado, esta película refleja cómo el poder es capaz de corromper e inflar el ego de una persona (y no precisamente el de la Reina).




La favorita puede considerarse una comedia de humor negro, sin embargo, es difícil de digerir porque ese humor se encuentra implícito a lo largo de diferentes momentos de la trama, lo cual requiere de la interpretación y percepción de cada quien para descifrar los "chistes" de la realeza británica. Cuando muchos espectadores consideren algo absurdo, otros podrán estallar en carcajadas percibiendo la gracia, así que puede generarse ambigüedad en torno a esta cinta.




Particularmente opino con el mayor de los respetos que la película se siente un poco exagerada y absurda, entre algunas cosas, tener en cuenta lo difícil que puede ser para una sirviente recién llegada, ganarse la obsesiva confianza de nada más y nada menos que de la Reina de Inglaterra. Aún así, podríamos entender que algunas incongruencias forman parte de la comedia implícita en el largometraje.

Un trío magnífico

"Donde comen dos, comen tres" y esta película cuenta afortunadamente con un trío de talentosas actrices que se reparten un pedazo de la torta para cargar con el film. Encabezadas por "la Reina", Olivia Colman y sus favoritas, Rachel Weisz y Emma Stone, interpretan un melodrama en el que sencillamente una necesita de la otra para crear una mezcla de emociones complementadas en la gran pantalla.


La interpretación de Olivia Colman es espléndidamente atorrante y digna de su personaje, en la cual juega con la bipolaridad y un conjunto de acciones que le exigieron mostrar facetas distintas dentro de su rol.


Rachel Weisz le tocó el papel del personaje con emociones contenidas pero manipulador e hipócrita. Su elegancia y pulcritud puesta en escena le valieron el reconocimiento de la crítica.

El encanto de Emma Stone nunca pasa desapercibido en pantalla y aplaudo el atrevimiento para salir de su zona de confort, mostrando una faceta innovadora (dentro de su repertorio) a través de un personaje de época que le quedó a la perfección. Esta película reafirma mis preferencias por Emma Stone como actriz favorita en general.

Tal es el impacto generado por la rivalidad de estos personajes (Sarah y Abigail) que trasladaron eso a la Academia, en donde ambas actrices están nominadas en la categoría de reparto y todavía se mantiene la incertidumbre de conocer a la gran ganadora; sin olvidarnos de Olivia, quien compite como "Mejo Actriz Principal" y acaba de triunfar en los Bafta.

Gran trabajo en la escenografía 

Sin duda alguna el trabajo artístico de La Favorita es lo mejor del film, en donde la estética sobresale ante los demás elementos cinematográficos. La dirección artística y el diseño de producción deberían ganarse el Oscar en mi humilde opinión. La única crítica que tengo al respecto es que me hubiese gustado ver mucho más mundo, puesto que los escenarios son limitados y prácticamente la historia se desarrolla dentro del Castillo; aunque ya ha sido demostrado en muchas oportunidades que el espacio no es una limitante para producir una buena película.



Cada detalle estético fue bien cuidado, por muy mínimo que sea, desde el maquillaje, los vestuarios y el peinado hasta el diseño de las locaciones. Cada cuadro de esta película nos traslada inmediatamente a esa época, adentrándonos en un Palacio británico colmado de majestuosidades. Los floreros, los cuadros y hasta los objetos de cada escena parecen sacados de un museo histórico.




Y por si fuera poco, Yorgos Lanthimos volvió a hacer de la suyas una vez más junto al director de fotografía, Robbie Ryan, para mostrarnos una propuesta innovadora y poco común en la mayoría de películas, a través de panorámicas complementadas con el lente circular "ojo de pez", capaces de adentrarte psicológicamente en el set de rodaje.

Asimismo, se nota la tonalidad oscura del castillo en contraste con los escenarios abiertos, los cuales fueron filmados mediante el buen uso de la luz natural.



En resumen

Es una película bien hecha, perfectamente cuidada y que cuenta con un guion elaborado y estructurado con mucha delicadeza, no obstante, no es para todo público y más de uno se aburrirá por no entender "el chiste" que se quiere transmitir. 

Yorgos Lanthimos se burla de la realeza británica, representa a través de esta película el abuso de poder y traslada el empoderamiento femenino al siglo XVII, creando una película independiente que no se adapta netamente a ningún estilo genérico y que vale la pena ver y contemplar por cualquiera que se considere cinéfilo.

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