Si yo muero primero desentraña la vida de uno de los cantantes más famosos de América
Latina. El filme se estrenará en la cartelera venezolana el 19 de julio
Julio Jaramillo es
referencia de la música popular latinoamericana. Sus canciones son parte del
cancionero no solo de las generaciones que se enamoraron con ellas, sino de
aquellas que conocen su obra gracias a la tradición oral de los hogares en los
que resonó portentosa su voz.
El 19 de julio llegará a
las pantallas el documental Si yo muero primero, del periodista
ecuatoriano Rodolfo Muñoz, quien se trazó una meta: homenajear la figura de
este cantante a través de quienes fueron testigos de su corto pero trascendente
paso por este mundo.
La voz de Jaramillo
todavía suena en la radio, a pesar de los nuevos ritmos masificados entre la
juventud. Su legado permanece vigente, junto a los grandes exponentes de la música
de la región.
El filme viaja por algunos de los países en los que el
cantante se convirtió en leyenda, con su voz que sirvió para el amor y el
desamor. Ecuador, México, Colombia,
Argentina y Venezuela son algunos de los lugares en los que el furor tuvo por
nombre y apellido Julio Jaramillo, quien falleció tempranamente a los 42 años
de edad.
“Alrededor de los grandes
personajes de Latinoamérica suelen haber una serie de leyendas, imágenes
distorsionadas de estas figuras notables. La de él había sido maltratada
durante muchos años. Se le vinculó con una actitud díscola, alrededor de la
diversión y la bebida, pero no se le
valoró en su justa dimensión. Descubrir que había grabado casi 4.000 canciones
nos llamó mucho la atención. Se había involucrado en muchos géneros musicales,
incluso el rock ligero”, explica el director.
Ver Si yo muero
primero es descubrir que Jaramillo no solo es un exponente del pasillo o
del bolero, sino también del tango, los valses, polkas, cumbias, rancheras,
porros e incluso joropos. Venezuela fue uno de los países en los que grabó
decenas de canciones, como “Amanecer tuyero”, e incluso le sirvió de
inspiración para componer temas como “Caraqueñita”. De hecho, el documental
busca confirmar, como dicen algunos coleccionistas, si Jaramillo grabó en
Caracas con músicos de la orquesta de Astor Piazzolla, una de las tantas
leyendas que rodean al famoso cantante.
Todo un misterio que sirve como uno de los hilos conductores de la
trama.
La investigación comenzó
en 2014, pero fue entre los años 2015 y 2016 cuando un hecho llamó la atención
del realizador: la cantidad de fanáticos que va al cementerio de Guayaquil a
rendir homenaje al músico.
“Acuden a cantar y a
bailar. Hacen que el cementerio se desacralice. No hay llanto, sino alegría
alrededor del ídolo”, cuenta.
El realizador parte de la
idea del poco alcance que en su momento tuvo el intérprete en su natal Ecuador,
especialmente en Guayaquil, donde nació. Para ello, se vale del testimonio de
musicólogos, historiadores, coleccionistas y productores quienes hablan de un
país que en principio vio con desdén lo hecho por el cantante, y que incluso
ahora, todavía no se adentra de lleno a la vasta obra del Jaramillo.
“Hay un propósito
cultural e histórico. Es un objetivo que se ve nítidamente en la pantalla
cuando el público descubre a un Julio Jaramillo mucho más completo, más humano
y grande. El fue querido con pasión, especialmente fuera de su país natal”,
subraya Muñoz.
En el documental hay
testimonios de figuras como el musicólogo Mario Godoy, la cantante Fresia
Saavedra, el productor musical Francisco Feraud, la historiadora Jenny Estrada,
los productores fonográficos Evelio Alvarez y Antonio Segura, el locutor Ángel
Méndez, el notable compositor venezolano Valentín Caruci o la cantante Judith
Arboleda.
Si yo muero primero es una producción de Gallito Films y La Tina Films en conjunto con el
Centro Nacional Autónomo de Cinematografía y el Programa Ibermedia.
Cortesía: Natasha Lorenzo y Jenny Navarro
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