Aquí estoy redactando, sin miedo a ser atracado

CORTOMETRAJES VENEZOLANOS


"Los exhibidores deberán proyectar en todas sus salas cortometrajes venezolanos de estreno..." Artículo 27 de la Ley de la Cinematografía Nacional
Haciendo valer el artículo 27 de la Ley de Cinematografía Nacional, serán proyectados 2 cortometrajes previos a las cintas venezolanas "La Noche de las Dos Lunas" y "Blindado", a estrenarse el 25 de octubre y el 22 de noviembre respectivamente.

La trayectoria y el profesionalismo de los realizadores de estos cortometrajes quedan evidenciados en su calidad y aunque son muy distintos, ambos incitan a la reflexión subjetiva, basada en la perspectiva de diferentes situaciones.

¿Qué hago yo aquí?

Basado en una experiencia personal de su directora Marialejandra Martín, actriz de gran trayectoria en Venezuela, nos relata la historia de Coco (pero no la bisabuelita de Miguel), una estudiante de actuación, interpretada por la talentosa Liliana Meléndez, que en medio de la caótica ciudad intenta llegar puntual a su clase, con la preocupación de que el profesor no la deje entrar si llega tarde.


Para no spoilearles la trama de una obra que no llega a los 20 minutos sólo comentaré que su corta duración es lo suficientemente completa para despejar la mente del espectador y sumergirlo en una íntima experiencia con la protagonista, como si estuviera acompañándola ¡Sí, así de intensa es la dirección de este cortometraje!

A su vez, es bastante profundo, por lo que el contenido transmitido se puede prestar a diversas interpretaciones. Quizás este corto hubiese necesitado más minutos para cerrar con un mensaje contundente y no haberse quedado únicamente en contemplar la experiencia de la actriz.

En cuanto a los aspectos técnicos de la cinta debo reconocer el gran trabajo hecho por un equipo de importantes profesionales de la industria cinematográfica de Venezuela, sin embargo, destaco principalmente el trabajo de fotografía en la dirección del gran Sergio Castillo, quien logró hipnotizar con el lente de su cámara a todo el público presente, completamente en silencio, atento a cada movimiento que se reflejaba en pantalla. Asimismo, debo felicitar a Marialejandra quien logró compartir literalmente un momento de sus experiencias a través de una producción audiovisual.

Atraco de altura


Debutando con su primer cortometraje, el destacado sonidista venezolano Josué Saavedra, quien tiene experiencia en el departamento de sonido de más de 60 largometrajes nacionales e internacionales, entre los que destacan "La Casa del Fin de los Tiempos", "La planta insolente" o recientemente "El Silbón", se monta en la producción de un cortometraje capaz de generar risas y mantener la tensión del momento sin descuidar los detalles.

La trama aborda el pasaje de un escritor que pasa por un momento de frustración y en medio de su desesperación decide realizar un atraco bastante peculiar. De ahí parte una adaptación basada en uno de los cuentos del libro "Laberintos peligrosos", del escritor venezolano Otrova Gomas (Jaime Ballestas), logrando claramente una crítica social apoyada en las perspectivas psicológicas de muchos individuos que viven las consecuencias de un país problemático.

En medio de una "discusión" apoyada en versos y poesías, el cortometraje sirve para reflexionar acerca de temas importantes en relación a la vida y la sociedad actual. Resultó bastante acertado el hecho de que se apoyaran en los close up, generando en consecuencia la tensión requerida para enganchar a los espectadores, por lo que valoro el trabajo fotográfico de José  González en la dirección.

Digno de su profesión, Saavedra se encargó de garantizar un óptimo trabajo de sonido con el apoyo del maestro Mario Nazoa, aún y cuando el cortometraje fue rodado en un
escenario abierto. Asimismo, se reconocen nombres importantes dentro del equipo técnico como Alejandra Mejías en la edición junto a Orlando Andersen quien también trabajo el diseño sonoro y Alfonso Montes en la música.

Las actuaciones de Juvel Vielma en el rol del atracador junto a Leonardo Bustamante en el papel de víctima, logran una química interesante y jocosa al mismo tiempo. Aún así, en mi humilde opinión considero respetuosamente que Juvel exageró su papel, restándole congruencia al momento y percibiéndose un prototipo caricaturesco del personaje. No obstante, la comedia presente en diversos momentos de la obra, hace que ambos personajes fluyan, sobretodo la manera en que Leonardo se vacila a su compañero.

En resumen

Dos obras venezolanas bien realizadas por conocedores del área y si les prestas atención podrás disfrutar un momento agradable de reflexión antes de apreciar el largometraje esperado en el cine. 

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