Navegando en otras aguas, ¿pero, con el mismo viento?


"El individuo es parte importante del todo"

Mucha expectativa ha surgido desde el anuncio y el tráiler de la nueva entrega por parte de la casa Disney de: “Moana 2”, al parecer y con solo unos leves vistazos a los avances, nos permiten dilucidar parte de la aventura de nuestra navegante polinesia preferida.

La cinta dirigida por David G. Derrick Jr y la producción de Osnat Shurer, fija su comienzo al paso de tres años después de los acontecimientos anteriores. Moana ya toda una adolescente en plenitud, se ha dado la tarea de navegar más allá del arrecife buscando nuevas islas, insumos y personas, en este transitar descubre parte de su historia a través de la conexión con sus ancestros y la necesidad de que su pueblo vuelva a ser uno con las demás comunidades repartidas en la inmensidad del mar. Pero como sabemos, todo no puede ser tan simple, y nuestra heroína una vez más no solo se reúne con el semi dios Maui, sino con un grupo variopinto que la acompañará en toda su travesía.

Aunque los detractores parecen tener una fuerte voz, gran parte del público al igual que yo opinamos otra cosa, esto lo podemos evidenciar en el reciente artículo de “The Hollywood Reporter” sobre la cinta que tan solo en el fin de semana de acción de gracias reparo un estreno en taquilla de más o menos 220 Millones de dólares tan solo en EEUU, convirtiéndola hasta ahora: en la más taquillera correspondiente a esta fecha.

¿La misma historia?

Es difícil hacerse ajeno a los diferentes comentarios y críticas sobre esta historia, aunque en las particularidades que se reflejan en muchos casos se ven más enfocadas al detrimento que a la crítica plausible, ahora bien, en el mundo de las subjetividades, ¿Qué podemos agregar?: “es una historia lineal, con un arquitrama marcadamente aristotélica”.

Para darle fuerza a mi aseveración recurriré a McKee: “La historia como viaje del héroe”. Según él autor se debe enfatizar la importancia del viaje transformador para el protagonista. Por lo tanto, en la primera "Moana", vimos a la protagonista embarcarse en una búsqueda épica, encontrando su identidad y cumpliendo su destino. Entonces para que "Moana 2" sea exitosa, debería continuar este viaje, presentando nuevos desafíos que obliguen a Moana a crecer y evolucionar.

De esta manera en la segunda entrega, el guion por parte de David G. Derrick Jr. nos amplía la historia, mostrándonos un poco más de la cultura y cosmogonía polinesia no tan difundida y casi extinta, producto del mainstream (quien durante años la invisibilizó y blanqueó haciéndola más digerible para la industria).

Entonces descubrimos que en esta secuela el autor quiso darle más valor al viaje del autodescubrimiento de Moana, no como una navegante, ni como una jefa tribal, sino como una unificadora de la cultura polinesia. Vemos más que su viaje individual, el viaje de su pueblo, y la lucha por la conservación más allá de un hecho puntual.

Por ello a través de 1 hora y 40 minutos observamos una película cargada de simbología referencial, que parte desde la importancia de la narración oral, los pictogramas, la construcción de canoas, la navegación sin uso de instrumentos, los cantos y ceremonias, así como él atreverse a presentar una manera distinta de pensar.

Continuidad estilística y evolución

Visualmente la cinta es un festín, manteniendo el estilo de animación vibrante y colorido que caracterizó a la primera película. Los paisajes polinesios, la fauna marina y los diseños de los personajes, pero te preguntarás; ¿Qué hay de nuevo entonces?

Lo cierto es que las mejoras en este apartado son más que evidente, recordemos que la primera entrega fue hace ocho años, y desde ese tiempo, mucha agua ha pasado debajo del puente, y las técnicas animadas son más prolijas.

Así podemos encontrarnos con una mayor estilización de las texturas al observar el cabello de los personajes, la tez y los ojos, todos ellos más realistas y vibrantes, notándose también en los objetos como la madera, el océano y la arena. De esta manera los detalles, colores y el movimiento enmarcan a una cinematografía dinámica y evocadora que busca capturar la belleza de los paisajes y la majestuosidad del mar.

De igual forma miramos secuencias hermosamente construidas, con momentos de música puntualmente ajustada que incrementan el hilo narrativo, esto ya como un sello de la calidad Disney.

Aunque debo agregar que uno de los puntos fuertes es la introducción de nuevos personajes que aportan frescura a la historia, y hasta un poco de humor y densidad, ¡pero tranquilos no les haré spoilers!

La Música

Tal vez han escuchado en muchas ocasiones que la música juega un papel fundamental, pero para este film es parte irrenunciable de la narración, los compositores Mark Mancina, Opetaia Foaʻi, Emily Bear y Abigail Barlow. Han logrado crear una banda sonora que rinde homenaje a la primera película, introduciendo nuevos elementos y sonidos y evoca la cultura polinesia al mezclar cantos tradicionales con la nueva propuesta de ritmos creados para esta cinta.

Ahora bien, la continuidad y evolución de las canciones al mantener el espíritu de las melodías ya conocidas en la entrega anterior, al igual que las letras inspiradoras y ritmos pegadizos; sin embargo, la evolución en la composición se nota en la exploración de nuevos géneros musicales y armonías más complejas.

Lo hermosamente destacable igual que en la película anterior son las canciones en lengua polinesia como elemento central de la narración, creando un lazo intercultural con lo que se quiere mostrar y la importancia de mostrarlos, esto se debe al expandir la historia de Moana, y crecer junto a ella, examinamos su entorno de una manera más profunda, adentrándonos en este mundo lleno de aventuras, ancestralidad y diversión.

La simbología detrás de la historia

Parte fundamental de la historia son los lazos y las tramas en derredor al personaje, tenemos la presencia de pilares fundamentales como la familia, no solo nuclear sino extendida como la comunidad, es decir para Moana son importante todos por igual lo que refuerza la premisa que el individuo es parte importante del todo. De la misma manera nos presenta el respeto con el otro y con lo que nos rodea, al observar su interacción con los miembros de la aldea, los animales y el océano, promoviendo la conciencia ambiental y el estilo de vida alternativo.

Pero uno de los puntos de vista más importante a mí consideración es la visión de Moana entre la tradición y la innovación, podemos evidenciar su respeto sobre las tradiciones, pero eso no la limita a estar abierta a una nueva forma de pensamiento, de allí puedo partir del principio polinesio de la evolución y el cambio, presentándonos una cultura viva, cambiante y por descubrir, siendo así, Disney nos regala una historia alejada de estereotipos que al igual que su predecesora fue soportada en investigaciones para acercarse más a la veracidad cultural que al mainstream esperado por muchos.

Otro hecho notable y en extremo recurrente que tal vez muchos no les dan importancia, es la absoluta convicción de Moana, no solo en acción sino en palabras, el cual podemos evidenciar cuando nos ha expresado: “Yo no soy una princesa” (del cual necesitaremos todo un artículo para analizar esto), pero que les aseguro que si ven con detenimiento esta película podrán darse cuenta de lo que ella quiere decir.

En Resumen

Continúa siendo una celebración a la cultura polinesia, a la mujer racializada libre de prejuicios y estigmas, le da voz a los jóvenes y adolescentes de una manera distinta, nos recuerda la importancia del trabajo en grupo, la lucha por un mundo mejor, así como el respeto en todos los sentidos y todos los espacios.

Sin embargo, aún queda presente el reto y por ello Moana 2 nos deja algunas interrogantes y retos sobre la continuidad de este tipo de animados como: él garantizar la autenticidad de las representaciones culturales en estas producciones, cómo hacerlas innovadoras sin ser irrespetuosos, cómo evitar perpetuar los estereotipos, entre algunas otras más.

En lo particular, creo que Disney con este personaje entrañable, nos ofrece algo más que una princesa, no ofrece una heroína, con otra piel y alejada de la visión clásica mitológica.

¡Por ello y más, si aún no la has visto te animo a asistir a las salas de cine y descubrir con otros ojos lo que Moana en esta nueva aventura te viene a ofrecer!

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